Érase una vez un viajero del espacio, que trasegó por el universo por muchos años, hasta que encontró un planeta habitado por unos extraños seres.
Aterrizó en ese planeta desconocido, y procedió a iniciar su proceso explorativo. Al tratar de comunicarse encontró que solo algunos seres entendían su idioma, y muchos otros no. Entonces preguntó la razón por la cual algunos entendían su idioma, y otros no, y le dijeron que quienes entendían el idioma habían estudiado, mientras que los demás no.
¿y por qué no estudian todos? preguntó el viajero. Porque no todos pueden acceder a la universidad, no tienen suficiente dinero.
Luego notó que algunos seres eran acuerpados, fuertes y sanos, mientras que otros eran lánguidos, pálidos y débiles. Entonces preguntó por qué se presentaba la diferencia, y le dijeron que no todos tenían acceso a alimentos y medicinas, pues no tenían dinero.
Luego notó que algunos tenían vehículos para desplazarse, y otros no. Cuando preguntó por qué sucedía esto, le dijeron lo mismo, no todos tienen acceso a estos elementos, pues no todos tienen dinero.
Y así sucedió con todo, y el viajero se sorprendió por la forma como el acceso al dinero limitaba el acceso a la “calidad de vida” y concluyó:
“El problema de este mundo es que se sacrifica el bienestar general por la vanidad individual”
El viajero volvió a su casa, y nunca más se supo de él.
Ese planeta extraño es la Tierra, y esos seres extraños son los humanos, donde:
- Estamos en una época donde el conocimiento es más abundante que en ninguna otra época, pero no todos tenemos acceso a él, pues no todos tenemos dinero.
- El mundo es suficiente para que todos vivamos (toda la población mundial podría reunirse en el Valle del Rio Cauca para un concierto, y sobraría espacio), pero aún así, muchas personas no tienen un pedacito de suelo donde construir su casa.
- Existe medicina para curar la gran mayoría de enfermedades, y medicamentos capaces de combatir casi cualquier dolencia, pero los solo quienes pueden pagar por ellos pueden accederlos.
- Existe tecnología suficiente para que cada ser humano tuviera un vehículo volador no contaminante, pero no es posible porque no todos tienen el dinero.
- El sol puede proveer toda la energía que la humanidad necesita, de manera ilimitada, pero mucha gente no tiene acceso a la electricidad.
- Y podría seguir con una larga e interminable lista, y siempre vamos a llegar a la misma conclusión: algunos pocos tendrán mucho, y muchos tendrán muy poco (o seguro que nada)
Juan David Maya Herrera
Poeta y filósofo moderno
2019